Desde la edad antigua eran conocidos varios fenómenos de la óptica. En Asiria se conocían lentes de cristal y en la antigua Grecia se utilizaban lentes para producir fuego, así como también una descripción sobre los espejos parabólicos atribuida a Euclides. Ptolomeo observó la ley de la refracción para el caso de ángulos pequeños.
En la época del Imperio Romano existe una obra que indica una semejanza entre los colores del arco iris. En la edad Media aparecen algunos trabajos interesantes dentro de lo que hoy llamaríamos descripciones clasificadas, hechas por R. Bacon (1214-1294), para la época no se disponía de un método adecuado para la investigación.
En el Renacimiento se observaron grandes e importantes progresos tecnológicos con la invención de instrumentos ópticos, por ejemplo el telescopio por Galileo Galilei (1609), en 1608 el microscopio por Jansen. Otro de los grandes logros de la época lo constituyó el carácter científico que asumió el estudio de la luz, siendo un gran exponente Snell con el descubrimiento de la ley de la Refracción de manera exacta, Fermat demostró que esta ley se podía deducir a partir del principio general del camino mínimo recorrido por la luz.
En la época del Imperio Romano existe una obra que indica una semejanza entre los colores del arco iris. En la edad Media aparecen algunos trabajos interesantes dentro de lo que hoy llamaríamos descripciones clasificadas, hechas por R. Bacon (1214-1294), para la época no se disponía de un método adecuado para la investigación.
En el Renacimiento se observaron grandes e importantes progresos tecnológicos con la invención de instrumentos ópticos, por ejemplo el telescopio por Galileo Galilei (1609), en 1608 el microscopio por Jansen. Otro de los grandes logros de la época lo constituyó el carácter científico que asumió el estudio de la luz, siendo un gran exponente Snell con el descubrimiento de la ley de la Refracción de manera exacta, Fermat demostró que esta ley se podía deducir a partir del principio general del camino mínimo recorrido por la luz.
El trabajo más importante de la época lo constituyó la medición de la velocidad de la luz. El primer intento fue hecho por Galileo Galilei, el cual termino en un fracaso por ser la distancia entre los dos puntos seleccionados muy cortos en comparación con la velocidad real de la luz.
El primer valor de la velocidad de la luz que mereció ser tomado en cuenta lo obtuvo Roemer (1644-1710) el cual se basó en las observaciones del tiempo de inicio del eclipse lunar de Júpiter, obtuvo un valor de c=3.06x1010 cm/seg. Los resultados de estas mediciones llevaron a considerar que la velocidad de la luz era infinita; basándose en esa consideración, Hyuggens en 1678 propuso la hipótesis de que la luz era una onda que se propagaba en un medio universal llamado éter.
Newton también dejó importantes trabajos sobre la luz, entre ellos el de la variación del índice de refracción con el color, la dispersión de la luz en un prisma, el disco de colores que lleva su nombre, dejó claramente establecida la óptica geométrica, pero mantuvo algunas posiciones incorrectas en cuanto a la variación del índice de refracción en la materia y su posición firme en cuanto a la naturaleza corpuscular de la luz. Se afirma que por ese motivo la óptica se atrasó casi un siglo.