Hoy en que se está luchando para preservar el medio ambiente, las bacterias limpiadoras serían una solución. Hay muchas evidencias del gran trabajo que realizan esos microorganismos desinfectantes. Se ha desarrollado toda una tecnología conocidad como BIONETIX, que puede ayudar a crear bacterias para que se alimenten de lo que tú quieras, especialmente de agentes contaminantes, sean estos: petróleo, restos de agroquímicos, materiales de pozos sépticos etc.
Veamos algunos ejemplos concretos:
En 1989, el buque tanque Exxon Valdéz derramó millones de barriles de petróleo en el litoral de Alaska. El crudo llegó a penetrar hasta dos pies de profundidad en la costa. Cuando nada parecía poder limpiar la mancha, los científicos acudieron a las bacterias. Estos microorganismos, cuyo habitat lo constituye el suelo y el agua, se alimentan de hidrocarburos, principal ingrediente del petróleo.
Los científicos esparcieron fertilizantes en las playas para estimular el crecimiento de las bacterias. Al cabo de dos semanas, las playas que habían sido tratadas estaban más limpias que las no tratadas. El número de bacterias se habían triplicado y estaban devorando el petróleo. Actualmente existe un sistema parecido para destapar cañerías residenciales e industriales empleando bacterias.
Otras bacterias útiles:
Muchas clases de bacterias ayudan a resolver nuestros problemas de contaminación. Por ejemplo, algunas pueden metabolizar el azufre, elemento presente en grandes cantidades en cierta clase de carbón. Cuando se quema carbón con alto contenido de azufre, este es liberado en la atmósfera, provocando la lluvia ácida. Sin embargo, cuando se mezclan las bacterias devoradoras de azufre con los montones de carbón de alto contenido de azufre, ellas lo transforman en un combustible más limpio.
Problemas de actualidad:
Los residuos médicos radiactivos generalmente se entierran en depósitos de productos tóxicos. Cuando estos residuos se descomponen, producen gas metano radiactivo, este gas puede filtrarse y contaminar el aire, las aguas. Los investigadores han empezado a estudiar las bacterias que transforman metano en agua. Al ser fertilizadas con nitrógeno y fósforo, estas bacterias digieren dos o tres veces más rápidamente el peligroso gas metano.
El gran reto:
Si los científicos pueden desarrollar bacterias capaces de metabolizar productos contaminantes y desechos, las empresas de productos químicos podrían pensar en eliminar las plantas de tratamientos de residuos. Los rellenos de productos tóxicos podrían adaptarse para acelerar la degradación de los desechos tóxicos, de modo que estos se conviertan en suelo lo más pronto posible. Los residuos tóxicos podrían transformarse en compuestos menos peligrosos. Claro que las cosas no pueden verse de forma tan lineal y mucho menos en ciencias de la naturaleza, donde ningún científico puede garantizar que no habrán algunas mutaciones y se pierda el control del objetivo buscado.
¿Consideras tú que podrían surgir otros problemas?
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