El uso de dispositivos tecnológicos, sean estos presentados en forma de juguetes o de otra forma, deberían constituir una puerta de entrada al pensamiento científico del niño o niña. Mi interés por la ciencia tuvo como puerta de entrada el observar un tractor y una draga que limpiaban anualmente un canal de riego que estaba próximo a mi casa.
Fui inundado por la inspiración y fabriqué con los recursos que el medio me podía proporcionar mi propia versión de la draga. Posteriormente cayó en mis manos un viejo carburador el cual llegué a armar y desarmar muchas veces durante mi vida escolar, especialmente en una de las etapas más importantes del proceso educativo, que es la que corresponde a la educación básica.
La mayoría de los juguetes educativos que llegan a las manos de los niños, sus fundamentos básicos, que es donde están las ideas científicas, nunca llegan a ser comprendidos, quedando muchas preguntas sin respuestas y desperdiciando una gran oportunidad para aprender ciencia y compenetrarse cn sus fundamentos.
El interés de Albert Einstein por la ciencia se fortaleció durante el período en que estuvo trabajando en una oficina de patentes en Suiza. Ese contacto directo con planos, modelos, maquetas, contribuyeron a su formación, llegando a ser calificado con toda razón el científico más importante del Siglo XX.
En la escuela dominicana tiene que fortalecerse el proceso de aprendizaje de las asignaturas científicas. Durante los primeros años de escolaridad existe en los niños un marcado interés por las ciencias naturales, deseos de satisfacer curiosidades científicas y técnicas, pero a medida que se acerca el final de la educación básica, ese interés disminuye hasta casi desaparacer en el nivel medio. Podríamos decir, que todo comienza con rosas y termina con espinas, teniendo esto un significado muy negativo para el país, por ser las ciencias naturales uno de los pilares con los que podríamos impulsar nuestro desarrollo.
Podemos afirmar sin temor a equivocarnos, que tenemos un eslabón perdido el cual hay que buscar, tenemos culpables tradicionales de esa importante pérdida; el propio sistema educatuvo y en gran medida la mayoría de las universidades que han estado formando maestros y maestras, los cuales se han ido incorporando al sistema con un cúmulo de conocimientos teóricos acerca de la psicología del aprendizaje, pero esos maestros no parecen estar en capacidad de pasar de la teoría a la práctica y evitar la pérdida de interés por las ciencias naturales a lo largo del ciclo básico.
Tener conciencia de que las ciencias naturales son ciencias experimentales, no sólo posibilitaría su aprendizaje, sino también ayudaría a que el profesor de ciencias tenga una actitud diferente frente al jueguete educativo y una visión más integradora de la naturaleza y los procesos que se dan en ella. Debería constituir un principio universal el que ¨se es profesor de ciencia en todo momento y en cualquier lugar¨.
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