miércoles, 23 de septiembre de 2009

¿El genio nace o se hace?, 2da. parte


Estamos continuando con el tema por lo fascinante que resulta y por los debates que podría generar. El estudio de Cambridge sugiere una especie de regla de los diez años, según la cual si el talento es sólido, se necesita al menos un decenio para ponerlo en práctica, con trabajo intenso, desarrollado con mucha seriedad para alcanzar la grandeza.

Dirigidos por el famoso psicólogo Benjamin Bloom de la Universidad de Chicago, se analizaron 120 atletas, actores, artistas, matemáticos y científicos y todos ellos contaban con al menos una década de estudio y ejercicios antes de haber obtenido el reconocimiento internacional. Un dato muy importante es que todos los genios habían tenido un mentor, una figura clave que le ayudaba y los motivaba durante el tiempo de preparación. Cuando le preguntaban como habían podido destacarse, las palabras claves eran un poco de inspiración y mucho trabajo.

Algunas muestras significativas:

Mozart tocaba el violín a los tres años y componía a los siete, pero fue en la adolescencia que compuso las mejores obras. Podría decirse que en él hubo más genialidad que trabajo, puesto que no vivió tanto tiempo para construir su fama. Einstein era un escolar mediocre, que sólo después de entrar con rigor en el campo que le apasionaba vió sus frutos. El golfista Tiger Woods llegó a ser uno de los mejores del mundo, pero se cuenta que antes de empezar a caminar ya tenía en sus manos un palo de golf; después de ahí vino el trabajo arduo que lo catapultó a la fama.

En la República Dominicana hubo dos personajes que desde nuestro punto de vista, por su dedicación al trabajo que les apasionaba, alcanzaron la categoría de genialidad,. Lo que más los engrandece es que ninguno de los dos tuvieron formación académica, más bien fueron autodidactas, nos referimos al profesor Juan Bosh, que cultivó y trascendió las fronteras del país con el género literario del cuento, definido por los entendidos como uno de los géneros más difíciles de trabajar.

El otro personaje que alcanzó el nivel de genialidad en sus trabajos fue el profesor Eugenio de Jesús Marcano, el cual se destacó en el campo de la Botánica, descubriendo y clasificando una gran cantidad de plantas de la isla Hispaniola y Las Antillas. Son muchos los libros de Botánica y ramas afines en los que aparece el nombre del profesor Marcano. La inspiración y el trabajo les dio a sus respectivos trabajos la dimensión de genialidad.

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