miércoles, 9 de septiembre de 2009

Importancia de la lengua para la adquisición del conocimiento científico, 2da. Parte


Esta es la segunda y última parte del artículo escrito por la Profesora Ligia Ramírez.

Con frecuencia los maestros nos quejamos de la falta de comprensión de los estudiantes, de las dificultades que tienen para realizar las operaciones matemáticas o los problemas de la Física, para interpretar lo que leen, pero no nos cuestionamos cual es el conocimiento que tiene de su lengua materna, a cuantas palabras asciende su acervo léxico, que interpretación y que valor da los nexos y a los elementos de referencia, que dominio tiene del manejo de los verbos, de los nombres, de los adjetivos y de los adverbios.

Quien no conoce su lengua no puede interpretar la ciencia, ni mucho menos hacer ciencia. En todos los niveles de la enseñanza hay que dar más importancia al conocimiento de la lengua, hay que dedicar más tiempo al desarrollo de las denominadas competencias lingüísticas y que en otros tiempos se denominaron antes del lenguaje; escuchar, hablar, leer y escribir.
Cualquier experiencia en la enseñanza de las ciencias, tanto en los niveles de estudios secundarios como en los superiores, nos lleva a reconocer que los principales obstáculos se les presentan a los estudiantes para la comprensión de los hechos y fenómenos científicos, por tanto para la deducción o inducción dirigidas a las soluciones de los problemas planteados, los constituyen el pobre manejo de la lengua, el desconocimiento de las relaciones entre los signos utilizados en la cadena hablada, el desconocimiento mismo de los signos lingüísticos.

La inseguridad generalizada a la que tal situación conlleva a los estudiantes de ciencias, en cualquiera de sus áreas, retrasa su aprendizaje significativamente, desvía a los profesores de sus programaciones y finalmente se traduce en un bajo nivel de aprovechamiento y de aprobación.
Los signos especializados empleados en el estudio de las ciencias necesitan, precisamente, de la comprensión de los signos primarios de la lengua, del conocimiento aprobado de las palabras y de las construcciones y relaciones entre las mismas, de lo contrario, los signos especiales, tampoco llegarían a comprenderse con la certeza necesaria y por tanto se impide su implementación adecuada en las soluciones de las proposiciones matemáticas, físicas y filosóficas.

En conclusión, para comprender y resolver problemas en matemáticas y en física por ejemplo, es necesario, imprescindible, conocer y manejar la lengua y el lenguaje en el que discuten los problemas.

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