sábado, 30 de abril de 2011

Los verbos en acción, cambiar para poder crecer: primera parte



Una de las lenguas más rica es la castellana, son tantos los sinónimos, antónimos, formas verbales y otros recursos mediante los cuales podemos comunicarnos que definitivamente hacer una lista sería muy larga.


Los escritores profesionales disponen de infinidad de recursos y crean otros, enriqueciéndo con ellos nuestro idioma. Miguel de Cervantes y Saavedra fue si no el más grande enriquecededor de la lengua, podemos afirmar que fue uno de los principales. ¿Por qué abordar este tema desde la perspectiva del crecimiento humano?.


Aunque parezca que nos expresamos en términos muy absolutos, pero el camino es muy cerrado cuando nos referimos al papel que juega la comunicación y la forma de usarla como el principal recurso para el crecimiento humano, bastaría pensar por un momento cuántas cosas podemos lograr, cuántas desgracias podemos evitar utilizando una buena comunicación.



Es un lenguaje tan rico que hasta el doble sentido, especialmente del dominicano constituye un aporte a esa riqueza, porque para llegar a este hay que pensar y por supuesto que ahí entran otros otros aspectos, no menos intersantes.



Todas las formas verbales son importantes y en determinado momento y circunstancias juegan su papel, pero la combinación verbal cambiar para crecer, deberíamos covertirla en la brújula de nuestra vida si realmente entendemos el crecimiento no necesariamente económico como una de las esencias de nuestra existencia.


Cambiar y crecer también deberían ser las bases sobre la que descansen nuestra relaciones con los demás, en nuestro trabajo, en el área de los negocios para aquellos que se dedican a esas actividades, hay una expresión que utilizan mucho los mercadólogos para referirse al crecimiento de las empresas que dice: cambiar o morir o sin cambios no hay crecimiento, esa misma expresión debemos apliacr en nuestro quehacer diario.



Estos son tiempos de cambios muy rápidos, donde no hay nada seguro, la tecnología crece a un ritmo muy acelerado, la cual es imposible que podamos alcanzar, ella avanza a la velocidad de la luz y el ser humano a la velocidad del sonido, definitivamente no hay medio que nos pueda llevar parejo con esos avances científicos y tecnológicos. Todo parece indicar que lo único seguro y permanente es el cambio mismo y el que no esté dispuesto a cambiar para seguir creciendo que se preparare para morir en vida.



Todos los cambios que deseemos introducir en nuestra vida deben ser para nuestro crecimiento, para mantenernos en positivo y tener los mejores pensamientos, siempre recordar que nuestros pensamientos son pura energía y cuando a esos pensamientos le ponemos acción deben ser para alcanzar aquello que nos haga mejores personas que nos traigan riqueza espiritual y material, porque desear ser rico no es malo, todo depende del camino que se tome para lograr la fortuna.



¿Por qué hay tanta resistencia al cambio? aunque nos vamos a referir a este aspecto en la segunda parte de este trabajo, pero para muchos resulta muy difícil salir de su famosa zona de confort, reconocen que los cambios traen progreso en el ser humano, pero no quieren hacer nada para buscar su crecimiento y definitivamente este no entra por ósmosis, hay que quererlo, desearlo y reconocer que lo necesitamos.



Aprender, crecer y cambiar debe constituirse en la única carretera que debemos transitar en nuestra vida

viernes, 15 de abril de 2011

Viajando hacia nuestro interior, tercera parte


Démosle el mejor uso a la energía que hemos recibido de la vida o del Ser Supremo. Si usted es una persona creyente, ese recurso tan vital no lo hemos recibido para darle mal uso, tan pronto entendemos que somos seres energéticos y que nuestro ideal de vida debe estar en los mejores estados vibracionales, empezamos a allanar el camino para tener un lindo viaje hacia nuestro interior.

Nosotros somos una mezcla de muchas energías diferentes y tenemos, algunas de ellas de muy mala calidad que son aquellas que si nos descuidamos nos llevan a las malas acciones que frenan nuestro crecimiento y que controlarlas mentalmente resultan muy difíciles si no nos adentramos en un proceso de meditación.


Cada pensamiento es en sí mismo una energía que descargamos y que si le damos mal uso estamos desperdiciando la vida, porque la energía es vida, somos nosotros los que debemos comandarla y hacer el mejor uso de ella; un mal pensamiento puede llevar a una mala acción con la que podemos lesionarnos a nosotros mismos y por supuesto a otras personas.


El mejor mecanismo para controlar la energía radica en el uso de la meditación; mediante esta técnica podemos controlar la mente y con ella controlar los procesos energéticos para ponerlos siempre de nuestro lado. Cuando entendamos que la mente es un gran campo de batalla con la cual hay que luchar de manera permanente para ir poco a poco ganándole terreno, nos damos cuenta que los dos aspectos tratados en la primera y segunda parte de este trabajo, el ego y no cargar con la vida ajena desaparecen, convirtiédonos en personas con sentido claro de nuestra existencia y nos acecamos a nuestra verdadera esencia del ser.


Otros de los grandes beneficios de controlar los procesos mentales a través del control de la energía consiste en que nos convertimos en personas con pensamientos positivos, derivándose de esa manera de pensar tres beneficios importantes, los cuales citamos a continuación:


* El que piensa en positivo alcanza a ver lo invisible, por la claridad mental que le proporciona esa manera de ver la vida


* Siente lo intangible, la presencia permanente del Ser Supremo


* Alcanza lo imposible, porque permite sacar todo lo bueno que tenemos dentro, liderazgo, sabiduría, bondad y especialmente encender nuestra poderosa llama interior. Esa energía incontrolada no nos deja ver que estamos llenos de luz y de grandes virtudes que lo único que debemos es tomar el camino recomendado por los Maestros y convertirnos en lo que verdaderamente somos, SERES DE LUZ.


domingo, 10 de abril de 2011

Viajando hacia nuestro interior: segunda parte


En la primera parte de este trabajo abordamos el problema del ego, el cual definitivamente nunca será un problema terminado y resuelto de manera definitiva porque estamos muy expuestos a los embates de la sociedad y si no tenemos una mente fuerte, fácilmente somos arrastrados por esas influencias.

Si la vida nos brinda la oportunidad de ganar la lotería y el ego no es bien manejado y se le mantiene domado, se experimentan cambios que pueden ser muy dañinos, porque tener dinero no es malo pero tenemos que saber como manejarnos y como manejar las relaciones con los demás cuando el dinero fluye y no se está listo para saberse manejar en esa nueva situación.


Cuando se está en alguna posición y ese ego no se controla hasta los familiares más cercanos tienen que pedir citas para conversar con el esclavo del ego. Conocí una persona que hasta su propia esposa para llamarlo tenía que incluir su título universitario.


También, son muchos los casos cuando el hombre adquiere algún ascenso social o económico, encuentra que su compañera que estuvo con él luchando hombro con hombro, hoy no la considera digna y la menosprecia, he ahí una gran evidencia del trabajo del ego.


Ciertamente, como escribiera el Maestro Swami Gurú Devanand Saraswati Ji Maharaj, nacimos para triunfar y ser felices, cuando te llenas de paz y armonía y seguridad en uno mismo, fuerza de voluntad y vocación de servicio, se va perdiendo el espacio del ego, empieza a reconocer todo lo bueno que hay en tu interior y se enciende la poderosa llama que hay dentro de cada uno de nosotros, la realidad se nos muestra tal como es, no como nosotros queremos que sea.


Otro aspecto importante del que debemos liberarnos para llevar menos equipaje en nuestro largo viaje hacia la verdadera esencia de nuestro ser es la de no hablar mal de otras personas, los principios socráticos son muy valiosos para esas situaciones, que resultan muy desagradables; esos principios son muy conocidos, pero siempre vale la pena recordarlos y tenerlos presentes para no caer en la trampa de hablar mal de otra persona, esos principios están fundamentados en:


La verdad: si es verdad, puedo escucharlo


La bondad: Si es bueno, también puedo prestar mis oídos para escucharlo


No hace daño a nadie: Si lo que se quiere decir es verdad, es bueno y no hace daño a nadie, entonces podemos decir que pasó la prueba de los principios socráticos.


Asumir estos principios como una guía de vida es saludable, constituyen una medicina preventiva para las enfermedades del alma y a la larga para las enfermedades corporales. Quien no habla mal de otras personas nunca oscurece su corazón y siempre se mantiene en el camino para alcanzar la gloria del Ser Supremo.


En la tercera parte nos referiremos a otros aspectos importantes que nos ayudarán a transitar el camino hacia una paz permanente y una vida tranquila y productiva.