domingo, 26 de agosto de 2012

El bambú japonés y el Mercadeo en Redes

Imaginemos por unos instantes que somos unos sencillos agricultores japoneses y que vamos a plantar semillas de bambú. Hay que suponer que una buena cosecha requiere semillas de buena calidad, buen abono y el riego adecuado.
 
Eso es lo que deberíamos ser cuando iniciamos nuestro negocio de Mercadeo en Redes, o al menos comportarnos de manera muy parecida a como esos agricultores lo hacen.
 
Quien cultiva la tierra no se detiene impaciente frente a la semilla sembrada, y grita con todas sus fuerzas: ¡crece, crece! No, así nada crecerá.
 
Hay algo muy curioso que sucede con el bambú y que lo transforma en no apto para impacientes: siembra la semilla, la abonas, y te ocupas de regarla constantemente.

En el negocio, siembra semillas, tratando siempre de que sean de la mejor calidad: presentar el negocio o como decimos, dar el plan, una y otra vez.
 
Abono y riego: hacer un seguimiento correcto, facilitar material de apoyo para aumentar el conocimiento acerca del negocio de ese nuevo prospecto y esperar. Mientras esperas, sigue sembrando otras semillas y entrenándote, nunca permitas que la impaciencia se apodere de ti, ni mucho menos dejar de seguir entrenándote, siempre presente en todas las actividades.
 
Volvamos al bambú: durante los primeros meses no sucede nada apreciable. En realidad no pasa nada con la semilla durante los primeros siete años, hasta tal punto que un cultivador inexperto estaría convencido de haber comprado semillas infértiles o de muy mala calidad. Sin embargo, durante el séptimo año, en un período de sólo seis semanas la planta de bambú crece más de 30 metros.

Podría pensarse que el bambú tardó sólo seis semanas en alcanzar la altura indicada. No, la verdad es que se tomó siete años y seis semanas en desarrollarse. Durante los primeros siete años de aparente inactividad, este bambú estaba generando un complejo sistema de raíces que le permitirían sostener el crecimiento que iba a tener después de siete años y así poder resistir los vientos que por su altura tendría que soportar.

¿Cómo relacionamos esto con el negocio? Veamos:

Sin embargo, en la vida cotidiana y por supuesto que el negocio no es la excepción, son muchas las personas que tratan de encontrar soluciones rápidas y fáciles, triunfos apresurados, sin entender que el éxito es simplemente resultado del crecimiento y una transformación interna y que éste requiere tiempo, en otras palabras cumplir con la famosa ley del proceso. Quizás por la misma impaciencia, muchos de aquellos que aspiran a resultados en corto plazo, abandonan súbitamente justo cuando ya estaban a punto de conquistar la meta.

Es cierto que muchas veces nos desesperamos y abandonamos porque no creemos que lo bueno un día llegará y van a ganar aquellos que perseveraron.

La espera debe continuar:
Hay que continuar haciendo el hoyo, hasta que se encuentre el agua, cuando se abandona la búsqueda, a lo mejor lo que faltaba era profundizar un metro más y ese esfuerzo final marcó la diferencia entre los que se quedan y los que se van.
 
Es una tarea muy difícil convencer al impaciente de que sólo llegan al éxito aquellos que luchan en forma perseverante y saben esperar el momento adecuado. De igual manera es necesario entender que en muchas ocasiones estaremos frente a situaciones en las que creemos que nada importante está sucediendo, resultando la actividad extremadamente frustrante.
 
En esos momentos, que todos tenemos, conviene recordar el ciclo de maduración del bambú japonés, y aceptar que en tanto no bajemos los brazos, ni abandonemos nuestras metas por no “ver” el resultado que esperamos, algo grande está sucediendo dentro de nosotros, hay un fuego transformador que arde en nuestro interior, simplemente, estamos creciendo y madurando como el bambú japonés, pero no nos damos cuenta, porque la impaciencia nos mantiene nublado y cedemos frente al deseo del ego, que se opone a nuestro triunfo.
 
Quienes no se dan por vencidos, van gradual e imperceptiblemente creando los hábitos y el temple que les permitirá sostener el éxito cuando éste al fin se materialice. El triunfo no es más que un proceso que lleva tiempo y dedicación. Si alguien tiene duda, ahí está la madre naturaleza dándonos una enseñanza con el bambú japonés.

domingo, 22 de julio de 2012

Crecimiento Humano en 140 caracteres

Esta vez quiero compartir con mis lectores algunos de los mensajes que he colocado en el Twitter, los cuales han gustado a muchos de los que me siguen.

Algunos de esos seguidores me han manifestado que han tomado esos mensajes como una guía para accionar diariamente, ese amable gesto nos hace sentir muy satisfechos y muy especialmente el hecho de que algunas de las cosas que escribimos le son útiles a otras personas, se trata de un pequeño aporte para un mejor entorno.

1. No hay éxito sin humildad, ni fracaso sin arrogancia

2. Los sueños son el mejor combustible para una vida llena de entusiasmo y felicidad, Sueña en grande y alcanzarás tu metas.

3. Educarse bien, es como sembrar semillas en buena tierra, no germinarán tan rápido, pero algún día lo harán, usa el abono de la paciencia.

4. Donde haya un alumno que quiere aprender, siempre aparecerá un maestro que quiera enseñarle.

5. Cuando no expresamos nuestras preocupaciones estas se amontonan y toman el control de nuestra vida. Liberémos de ellas sin demora.

6. Cuando creemos en una meta, tenemos que estar preparados para asumir los riesgos que implica alcanzarla. No hay éxito sin arriesgase.

7. Si quieres caminar en la alfombra roja con buenos zapatos, primero tienes que quemarte los pies con la arena caliente del desierto.

8. Expande tu visión, no te quedes mirando el camino recorrido, piensa en el que te queda por recorrer que es el más importante.

9. Estar atado al pasado constituye un obstáculo en el camino de la esperanza. Hay que romper las cadenas que nos unen con ese pasado oscuro.

10. Nos acercamos más a la sabiduría cuando nos enfocamos en la solución y no en el problema. La búsqueda de soluciones energizan nuestra mente.

Espero que lo disfruten.

domingo, 20 de mayo de 2012

¿Cómo salir ileso del caos?

Esta es un pregunta muy difícil de responder si asumimos como bueno el estilo de vida que se ha ido imponiendo. Son muchos los hechos carentes de sentido que están normando nuestra vida y se asumen como paradigmas indestructibles, veamos algunos de ellos:

* Hay que graduarse rápido, con ello los estudiantes pierden la oportunidad de disfrutar de la vida académica
* Hay que hacerse de dinero rápido, olvidando que el estrés y la rapidez van de la mano y posiblemente el dinero ganado no alcance para comprar medicina
* Hay que conducir rápido y pegado del automóvil que tenemos delante porque es necesario llegar primero, muchas veces los que quieren llegar primero, no sabe hacia dónde van, porque la velocidad no le ha permitido discernir.
* La prisa con que está viviendo la gran mayoría de la gente no le está permitiendo disfrutar de cosas gratuitas que se manifiestan en su propio hogar, como por ejmplo la travesura de un niño o disfrutar de la compañía sanadora de una mascota.

Si asumimos la frase de W. Shakespeare que dice: El mundo entero es un escenario, entonces cada uno está llamado a desempeñar un papel en ese drama, donde unas veces sin querer se es villano y en otras que son la minoría se termina como un héroe, que son los que verdaderamente trascienden en la vida.
Creo que la prisa está  conduciendo a muchos a representar papeles de villanos de su propio drama que el de verdaderos héroes para la familia y la sociedad, como debería ser.

Hay problemas de programción que están gravitando de manera muy significativa en cada uno, estas generaciones han sido programadas en función de la velocidad a la que se deben adquirir los bienes materiales, pero tienen muy poca capacidad de resistencia, frente a ligeras presiones en un trabajo quieren salir huyendo, lo mismo ocurre en sus relaciones de parejas, hay mucha inestabilidad, nos parece como si el principo termodinámico de la entropía estuviera normando nuestra vida y señaládonos que el camino es el caos.

¿Por qué y para qué correr tanto si nadie saldrá ileso y tendremos que devolver todo lo que recibimos en calidad de préstamo? Hay que recordar que no hemos traído nada y nada nos llevaremos, nos medirán por las buenas acciones y resulta muy difícil implementar buenas acciones pensando solo en las nuestras.

Algunas recomendaciones básicas:
* Sirve a los demás
* Brinda un saludo y una sonrisa a cada persona que encuentre, no importa si la conoces o no, recuerda que saludar significa salud, desea y lo que desees a otro, eso te desearan a ti.
* Al que da o se da todo se le multiplica
* Que la prisa nunca te impida decir un te quiero, porque muchas veces cuando queremos decirlo ya es muy tarde 

lunes, 2 de abril de 2012

De la cuerda floja a la cuerda tensa

El ser humano vive en una zona de confort de la cual generalmente no quiere o no se atreve a salir, quizás por el temor a lo desconocido. Se mantiene privado de usar un gran atributo otorgado por el creador, que es el libre albedrío, que le permitiría alcanzar lo que desee.

Podría argumentarse a favor de la comodidad que eso es parte de su libre albedrío, con lo cual estamos de acuerdo. Pero si tengo libertad para tener lo mejor ¿por qué tengo que conformarme con una vida mediocre y muchas veces carente de sentido?

Cuando nos conformamos con lo menos, simplemente vivimos en la cuerda floja, una cuerda floja requiere muy poco esfuerzo para mantenerse en esa posición, pero no ayuda ni siquiera a secar de manera adecuada una ropa que se coloque en ella, así hay muchas personas que prefieren vivir una vida de precariedades, de limitaciones de todo tipo y no tensar la cuerda de su vida para que las cosas cambien, lo que sería de gran beneficio para su familia y el país.

De los elementos básicos que ayudarían a tensar la cuerda de la vida, citamos algunos de los consideramos más importantes:

* La educación: constituye un verdadero poder liberador, al mismo tiempo que ayuda a fortalecer el carácter y mantenerse en la búsqueda de nuevos horizontes. Por ejemplo una persona que se eduque y uno que no lo haga, colocados en un mismo lugar, ven el mismo cielo, pero no el mismo horizonte. El que se educa aprende a tensar la cuerda de su vida y ve oportunidades cuando otros no la ven.

* El trabajo: El camino existe, las oportunidades también, bastaría con estar dispuesto a recorrer el camino, somos muchos los que no creemos en la suerte, más bien aceptamos la definición de suerte como aquel estado en que se juntan el conocimiento y la oportunidad. El conocimiento lo tienen los que tensaron la cuerda de la vida educándose. El gran filósofo alemán Hegel escribió: el trabajo es la verdaera esencia del hombre.

* La coherencia: Si no se es capaz de poner en práctica lo que se dice, o sea ponerle acción a sus palabras, mejor no las pronuncie y mucho menos delante de sus hijos, familiares y amigos más cercanos, porque si no hace lo que dice, comienza a perder credibilidad y eso va flojando la cuerda de su vida, pone en juego su economía y las de aquellos que esperan por ti.

* La persistencia: hay que persistir en nuestras metas, el que se educa nunca desiste de ellas, no necesita que se le motive, el deseo de alcanzarla siempre va a constituir la verdadera motivación, ahí tiene que salir el líder que todos llevamos dentro, pero que nosotros mismos le impedimos que salga. Cuando vamos tensando la cuerda de la vida, el líder comienza a salir y los resultados van llegar.

* La paciencia: muchas veces queremos los resultados sin poner el trabajo, simplemente esto no es posible. Cuando se logran combinar de manera eficiente la inteligencia, la firme voluntad de alcanzar las metas, el trabajo, la persistencia, la coherencia y la paciencia, quedamos cubiertos con el manto del éxito o de la suerte para muchos. Esos pasos son básicos para tensar la cuerda y tener una vida plena y feliz.

domingo, 25 de marzo de 2012

La lucha entre los señores Triunfo y Fracaso

Toda persona alberga en su interior el germen de triunfo y el del fracaso, siempre habrá uno que se desarrolla más que el otro, hasta llegar a imponer su estilo y reglas de vivir y actuar. Sería muy interesante que cada uno se preguntara quien domina en tu vida. El que domina nuestro accionar echó sus raíces muy temprano en nuestra existencia y se implantó en nosotros a través de la propia familia, el entorno y quizás desde la misma escuela.

¿Cómo se instaló el señor fracaso?

Su instalación se inició desde el mismo momento en que nos dijeron: no corras que te caes, no comas eso que te hace daño, sin haberlo comido, ten cuidado con estudiar mucho, que te puedes volver loco, deja la práctica de ese deporte que tu no das para eso; si se trata de una persona de color, eso no es para ti, tu no eres blanco, las hembras no suben en los árboles eso para varones, recuerda que tu abuelo era pobre, tu papá es pobre y tu no tienes otro camino, que ser pobre también.

Podríamos hacer una lista interminable de cosas negativas que nos van introduciendo, se van anidando en nuestro subconsciente y sientan las bases del fracaso, lo cual resulta muy difícil de desalojar de nuestro interior; es muy largo el trabajo que hay que hacer para darle su liquidación y despacharlo de nuestra vida.

Generalmente hay que hacer un préstamo grande al señor Triunfo que siempre está dispuesto a sacarnos de apuros para liquidar de nuestra vida ese señor tan negativo.

¿Cómo se instala el señor Triunfo?

Las buenas actitudes de la familia puestas de manifiesto en la crianza, especialmente en la etapa inicial, por eso hay que cuidar tanto la infancia. No fue en vano que el gran escritor inglés Charles Dickens escribió, que la mejor herencia que se lo podía dejar a una persona era una bonita infancia.

Esa bonita infancia tenía que estar cargada de mensajes positivos, por ejemplo: corre para que te pongas fuerte, aprende a comer de todo, estudia para que triunfes en la vida. Siempre enviar un mensaje positivo y hacerlo depositario de confianza en sí mismo, fortaleciéndole su creencia.

Cuando ese trabajo se inicia desde muy temprano el señor fracaso no tiene espacio en nuestra mente y nuestro corazón y llegar al éxito es cuestión de tiempo. Muchas personas creen que los grandes hombres y las grandes mujeres nacieron triunfadores y famosos, simplemente NO, de lo que estamos seguros es que fueron capaces de vencer todos y cada uno de los obstáculos que se le presentaron en la vida y no buscaron excusas, simplemente las cosas había que hacerlas y las hicieron.

El que ha sido educado con una visión triunfador, está mucho más y mejor preparado para enfrentar las tormentas de la vida, que a todos nos llegarán en algún momento de nuestra existencia. No ocurre que en aquellos donde el señor fracaso se encuentra cómodamente sentado en el interior de su cerebro, mente y corazón.

Si sientes que el señor fracaso te acompaña en tu vida, busca los fondos necesarios, liquídalo y tu existencia será más feliz y podrás alcanzar lo que desea en tu vida.