miércoles, 12 de agosto de 2009

Estrechando la brecha par alivianar la carga social


El título de este trabajo hubiera sido mejor: Cerrar la brecha para eliminar la carga social. Pero sería algo así como pretender alcanzar una estrella usando una escalera. Es el sueño imposible, como la canción del musical ¨El hombre de la mancha¨ basado en la famosa obra Don Quijote de la Mancha, de Miguel de Cervantes y Saavedra.

Está en las manos de unos pocos cambiar la vida de muchos, que siguen pacientemente esperando. Esos pocos están compuestos por los gobernantes del momento, los que han pasado y los que vendrán, así como por los empresarios que han construido sus riquezas sin tomar en cuenta quienes los ayudaron a construirla y quienes los seguirán ayudando a mantenerla y hacerla crecer. ¿Qué ha pasado con el capitalismo solidario?

La inversión en educación se plasma en los programas de gobierno y forma una parte esencial de la retórica política, pero al momento de hacer realidad las promesas, todo queda en ficción. La brecha se sigue ampliando a un ritmo muy acelerado, haciendo cada vez más pesada y peligrosa la carga social y con ella, alejando las oportunidades de superación de la gente que menos puede y que quiere fervientemente superarse.

Si no se brinda el respaldo a la educación, se está jugando en un partido con un deporte muy extraño, donde los grandes perdedores son los que más dinero y por ende, más bienes materiales poseen y los políticos que no sabrán que prometer, porque no honraron sus compromisos.

Los que nada tienen, nunca pierden, porque seguirán sin tener nada y algunos celebrarán que ya todos somos iguales. Es muy lamentable tener que decirlo pero el obrero dominicano tiene muy poca calificación, especialmente por su bajo nivel de escolaridad y aún aquellos que asistieron a una escuela y alcanzaron un octavo grado, su capacidad de pensar, escuchar y ejecutar un mandato no alcanza un quinto grado.

Entonces no hay multiplicación de riquezas, ni mucho menos capacidad para sostenerla, esto no es un ejercicio de pesimismo, es la realidad que nos golpea día a día. El mejoramiento del nivel educatico es la única vía que tienen los países pobres de alivianar esa carga social y no depender tanto de las dádivas, muy condicionadas de los países ricos, donde en muchas ocasiones hay que poner en juego hasta la soberanía y algunas libertades a cambio de esas famosas ayudas. Invertir racionalmente en educación resolvería todos los males de la sociedad e impulsaría el crecimiento económico y social.

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