domingo, 25 de septiembre de 2011

Los positivos somos más, pero no anunciamos nuestros logros

Este es un título que obedece a la creencia de muchas personas, y me inscribo en ese grupo, veamos algunos ejemplos:

1. En un salón de clases generalmente los más ruidosos e indisciplinados son los que peores notas obtienen y por supuesto son los que al final del curso quedan con las peores calificaciones.

2. En el escenario político, los que más ofrecen y los que menos cumplen son aquellos que quieren estar en los medios de comunicación todos los días
haciendo ruido, terminan pareciéndose a uno de los instrumentos de nuestra música típica, suenan mucho pero no tienen nada en su interior.

3.En la vida religiosa el comportamiento es similar, mucho ruido y poca fe y así podríamos poner muchos ejemplos del ruido que hacen los que no pueden aportar nada.

¿Qué debería hacerse para cambiar esa situación? lamentablemente los positivos parecen enemigos de dar a conocer sus valores y realizaciones. Claro está que se ha establecido un paradigma, el cual hay que romper de que las noticias positivas no venden, pero eso creo que es propio del morbo periodístico que no hay dudas que se ido influenciando en mucha personas que se dejan arrastrar por el que menos tiene que decir, y por supuesto del que menos tiene que aportar a la construcción de una mejor sociedad.

El silencioso y positivo se deja dominar por el parecer y no por el SER.
En mi vida escolar leía los poemas del poeta mejicano Amado Nervo y recuerdo una frase de un poema que decía: No discuto mi honradez, con el silencio la impongo, lamentablemente estamos viviendo otros tiempos, creo que los honrados somos muchos más, pero todo parece indicarnos que tendremos que romper el silencio y salir a predicar las realizaciones y las buenas acciones, quizás por cada uno que haga ruido hay cien que tienen cosas positivas que decir pero se dejan avasallar por el ruido de la tambora, olvidándose de que no hay nada en su interior.

Sabemos que la sabiduría es silenciosa y la ignoracia es ruidosa, pero mientras más tiempo pasamos callados sin que los demás sepan que cosas positivas hemos realizado o ayudado a realizar, más terreno gana el ruido, ese paradigma hay que romperlo, el ruido y la vocinglería se han convertido en guías de la sociedad en conductores de masas y en creadores de una cuestionable conciencia.

No tengo dudas de quienes se han beneficiado de ese tipo de comportamiento porque lo fomentan y lo pagan muy bien, bastaría que escuchara algunos programas interactivos, especialmente de radio, cuando abren sus micrófonos al público, ahí se pone de manifiesto la presencia del ruido y la ausencia de la nueces.

Hablen los positivos
Hablen los que tengan realizaciones
Hablen los que tengan nueces

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